El empresario argentino Eduardo Costantini confirmó a LA NACION que compró un campo de 145 hectáreas ubicado sobre el kilómetro 170 de la ruta 10, a cinco kilómetros de Punta Piedra, antes de llegar a la zona de José Ignacio, en Punta del Este, Uruguay.
El empresario desembolsó US$11.200.000 en la subasta que realizó el Gobierno uruguayo de la tierra que perteneció a Lázaro Báez. De esta forma, el desarrollador más que triplicó el valor base que fue de US$3,5 millones . “Es un terreno con 415 metros de frente y doble salida. Ya funcionaba un club de polo y la idea es redoblar la apuesta”, explicó Costantini en conversaciones con LA NACION y detalló que cerró un acuerdo estratégico con Adolfo Cambiaso a quien conoce desde su infancia. “Soy íntimo amigo de su padre cuando hacía windsurf. Conozco a toda la familia desde hace 30 años”, confesó.
El creador de Nordelta, que esta semana también anunció la adquisición de otra tierra en Carrasco, en la ciudad de Montevideo, adelantó qué lo motivó a realizar la inversión. “El cambio y la flexibilización de regulaciones en la inmigración de los caballos convertirá a Uruguay en un centro natural de polo referente en el mundo como sucedió en Palm Beach. Queremos ser parte de ese cambio histórico. Además Punta del Este será un punto clave a nivel internacional por la cantidad de extranjeros que todos los años visitan la ciudad, y para quienes el programa de polo es parte de su agenda central”, explicó. Sin ir más lejos, el propio Cambiaso fue el anfitrión de la primera edición de la Dolfina Sunset Polo, el evento realizado el pasado 28 de diciembre para dar inicio a la temporada de polo en Fasano Las Piedras.
Ante la pregunta de cómo será el proyecto, el empresario aclaró que trabaja en el masterplan y que la concreción de esta operación, a pocos días de ser nuevamente padre del bebé que espera para fines de enero, “lo hace muy feliz”.
El lunes el empresario también concretó la compra de otras 141 hectáreas pero en Carrasco, Montevideo. Con el objetivo de ampliar su presencia en el mercado uruguayo, este nuevo proyecto, realizado en asociación con un desarrollador local y el propietario de las tierras, marcó el desembarco de la compañía en la capital uruguaya con una inversión inicial de US$13 millones.
La operación, anunciada a través de un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), contempla la creación de un barrio abierto residencial bajo la Ley de Vivienda Promovida. Según pudo saber LA NACION, este desarrollo incluirá lotes, construcciones de media densidad y un área comercial, en una zona que prohíbe la construcción de emprendimientos cerrados.
La Ley de Vivienda Promovida impulsa nuevos proyectos residenciales e incluye incentivos especiales para los propietarios que pongan las unidades en alquiler. Promueve la inversión privada en construcción, refacción o ampliación de viviendas que podrán tener como destino tanto la venta como el alquiler.
Con este nuevo anuncio, la compañía refuerza su presencia en Uruguay, donde desarrolló Las Garzas, un emprendimiento inmobiliario ubicado a 10 minutos de José Ignacio. El proyecto de 240 hectáreas, de las cuales 120, corresponden a espacios verdes y áreas comunes; tiene un frente de 2 kilómetros de playa y lotes con una superficie promedio de 2500 m2.-.
Las Garzas fue el primer proyecto de la compañía de real estate Consultatio en Uruguay. Dentro de sus proyectos fuera del país también se encuentran Oceana Bal Harbour y Oceana Key Biscayne, ambos en Miami, Estados Unidos.
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