«Dale, saludá«. La orden -en tono de amenaza- fue de uno los presos alojados en un calabozo de la comisaría 1ra. de Necochea para Javier Cerfoglio (39), detenido por el femicidio de su esposa, Magalí Vera (34). La recepción no fue amistosa, sino todo lo contrario. Las marcas en la cara lo certifican. Se puede ver en un video filmado con un celular por uno de los que estaban junto a él detrás de las rejas.
Por esta situación violenta, se dispuso el traslado del acusado a la Unidad Penal 44 de Batán, lo cual se efectivizó este miércoles a la mañana. Ocurrió al día siguiente de una concurrida movilización, donde los vecinos marcharon desde la Municipalidad hasta la seccional al grito de «nos matan a las pibas en la cara de la gente«.
Cerfoglio quedó detenido el domingo a la noche, horas después de arrojar el Honda Fit rojo al Río Quequén, con ambos a bordo, lo que provocó la muerte por ahogamiento de la víctima.
Las imágenes de las cámaras de seguridad registraron la secuencia -poco antes de las 5 de la madrugada- y también momentos previos en los que se ve cuando le propinó una feroz paliza, con golpes de puño y patadas, en la calle 50, casi esquina 53.
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Femicidio de Magalí Vera en Necochea: así fue la brutal golpiza antes de ahogarla
El fiscal Walter Pierrestegui lo imputó por «homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar contexto de violencia de género«, un delito que prevé una pena de prisión perpetua. En esa audiencia, el hombre se negó a declarar, asistido por un defensor oficial.
El sábado a la noche, la pareja -padres de un nene de 12 años- había asistido a una fiesta de casamiento en un salón de la ruta 86, a 5 kilómetros de Necochea. Ella, que en julio dejó su trabajo en una oficina municipal para dedicarse de lleno a la repostería, hizo la torta para los novios.
Según pudo saber Clarín, poco antes de las cuatro de la madrugada estaban bailando cuando empezaron a discutir delante de todos.
Al parecer, él estaba borracho, se sacó la corbata y se la puso en la cabeza a otra mujer. Esto originó una escena de celos y gritos, con varios testigos. Entonces decidieron irse.
El Honda Fit quedó tumbado, con las cuatro ruedas hacia arriba, en la orilla del río. Cerfoglio logró salir. El agua le llegaba a las rodillas. Vera, que según creen podría haber estado inconsciente por los golpes previos, murió por «asfixia por sumersión«.
El hombre, desde el lugar, llamó por teléfono a su papá, quien le avisó a la Policía. Lo llevaron al Hospital Emilio Ferreyra y le cosieron el cuero cabelludo (en el parietal derecho) y el párpado superior izquierdo. Además, presentaba una «contusión cerrada en la cara externa del muslo izquierdo».
El cuerpo de Vera fue rescatado por la Prefectura. Estaba debajo de un muelle en el club Necopesca. Para acceder al lugar hay que atravesar más de 50 metros desde la ruta provincial 86 por un camino de tierra y el pasto, enfrente de la terminal de ómnibus.
Cuando se practicó la autopsia, se selló el destino judicial del marido, debido a que Magalí presentaba en la cabeza, el cuello y las manos «lesiones compatibles con violencia de género ajenos al motivo del fallecimiento«.
De acuerdo a las filmaciones, el femicida -empleado en una empresa del puerto de Quequén- planificó todo. Estuvo unos segundos debajo de unas plantas y luego encaró a toda velocidad hacia el río.
Hubo un testigo de la golpiza en la calle. Es más, quedó registrado en un llamado al 911 y también por las cámaras. Después de eso, en lugar de ir hasta su casa, que quedaba a pocas cuadras de allí, el agresor subió al auto a la mujer y se dirigió hacia el río. Circuló por la avenida Jesuita Cardiel, pasó por la rotonda del Puente Colgante y dobló para la ribera a la altura de la terminal.
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Así circulaba el Honda Fit que terminó cayendo al Río Quequén, en Necochea.
El iPhone 16 de la víctima fue recuperado dentro del Honda Fit. Es un modelo resistente al agua. Su última conexión al WhatsApp quedó registrada a las 4.30 del domingo. El celular del acusado fue secuestrado. Es un iPhone 13 Pro, pero Cerfoglio no tuvo un mínimo gesto de generosidad, ya que se negó a aportar las claves para que investiguen su contenido.
Milagros Rodríguez, amiga y ex compañera de trabajo de la víctima, contó al canal TSN: «Si no veíamos el video, jamás podríamos haber imaginado que ‘El Javi’, como ella le decía, era capaz de algo así».
Además, reveló que hacía cuatro meses la pareja se había separado, pero él «lloró y le juraba que iba a cambiar; incluso habló con sus suegros, los padres de Magalí». Ella decidió darle otra oportunidad.
En el hospital, a Cerfoglio le hicieron una extracción de sangre para la pericia toxicológica. En unos días estarán los resultados para establecer si había consumido alcohol (algo que descuentan, por los dichos de los policías que tuvieron que reducirlo cuando se quiso meter al auto en el agua para buscar las llaves de su casa) y/o drogas. Se enterará en el penal de Batán.
EMJ