Fueron días de mucha angustia para Silvia Lo’Presti, la mujer que hace una semana vivió el peor momento de su vida, cuando fue atacada por una pareja de golfistas que la agredió, no con un palo de golf, sino con dos, en el club Links Pinamar. Jubilada, de 61 años, atendió a Clarín gentilmente cuando había dicho que no iba a hablar más con la prensa. «Necesito pensar en mí, me estoy yendo a hacer una resonancia de cabeza y otra de cervicales porque el dolor es intenso. Hace una semana que tengo un zumbido que no se me va».
Más allá de la locura de la que fue víctima, Lo’Presti -dice que se escribe separado y con apóstrofe- transmite tristeza y desazón. «Con los días fui cayendo en lo que fueron esos breves minutos de desquicio y hoy podíamos estar hablando de otra cosa… Estoy viva de milagro. Me pegó con el mango del palo, que es de grafito, si me llega a pegar con el pie del palo, con lo que se golpea a la pelotita, no estaría aquí. Saber eso, pensar eso, me tiene muy desanimada».
El martes 19 de noviembre, cerca de las cinco de la tarde, Silvia y su amiga Adriana D’Elía habían terminado la mateada en un sector del amplio campo de golf y caminaban contemplando el verde del paisaje.
«Había poca gente jugando, estaban estas dos personas que ya veíamos que tiraban la pelotita, de manera muy seguida, en dirección al lugar donde estábamos nosotras. A esa actitud llamativa continuaron insultos a los gritos, nos decían las peores cosas: ‘Negras de mierda, ratas del conurbano, váyanse adonde pertenecen’. Era de una agresividad que nada tenía que ver con el lugar».
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Una mujer fue atacada a palazos en un campo de golf por tomar mate
No las menciona Silvia, pero se refiere a Celeste López y Mariano Girini, pinamarenses, dueños de la Farmacia del Golf, que ni lunes ni hoy abrió sus puertas. López le partió un palo de golf en la cabeza y, no conforme, tomó un segundo y la golpeó a Silvia a la altura del hombro. «Caí pesadamente, quedé atontada por el golpe en la cabeza y en ese estado de confusión, veo que se me viene al humo el marido (Girini), que me quiere pegar estando yo en el piso. Por suerte se interpuso con firmeza mi amiga Adriana, que me salvó, porque esta gente esta poseída».
Silvia intenta buscar una explicación lógica y la amarga no encontrarla. «Tengo una mezcla de sensaciones que van desde la impotencia, pasando por la bronca, la angustia y el dolor interior y físico, porque me duele todo. Estuve cuatro días sin dormir y empecé ahora a ir a una psiquiatra para no sólo poder largar todo esto, sino para que me medique, necesito dormir, pero para descansar tengo que estar sin síntomas».
Casada, madre de tres hijos y abuelo de un niño y otro en camino, Silvia tiene un dúplex en Pinamar hace 22 años. «Soy habitué del lugar, me hago varias escapadas al año, pasear al golf fui miles de veces y nunca pasó nada… ¿Si conocía a esta pareja? Nunca los había visto y espero no cruzármelos nunca más. Ellos cuando se acercaron a nosotras, ya venían con ánimo de pelear y se desquitaron conmigo vaya a saber por qué. Son gente con un odio racial y clasista que espantan».
Recuerda que cuando López y Girini caminaban a su encuentro, nada hacía pensar tamaño desenlace. «Cuando estaban cerca, intenté presentarme y decirles que no estábamos molestando y que estaban de más los insultos, y la mujer, sin mediar palabra, me partió el palo de golf en la cabeza. No tuve posibilidad de reacción, e insatisfecha, volvió a atacarme con el otro palo».
Es tajante Silvia a la hora de responder sobre si aceptaría unas disculpas o un encuentro con la pareja. «De ninguna manera, no aceptaría sus disculpas, no hablaría jamás con gente así, tampoco les creería, porque es gente que no está en sus cabales, que destila mucho resentimiento. No son personas. Representan un grupo de todo lo malo que puede ser la gente. Confío en la Justicia y espero que vaya más allá de una simple multa disciplinaria. Por otra parte, quiero aprovechar para despegar a la gente que practica golf, que no tiene nada que ver«.
Dice la mujer, que está por ingresar a hacerse los estudios, que sus hijos querían o tenían la intención de viajar a Pinamar para tomar vengar a su madre, pero Silvia rápidamente los disuadió. «Nosotros no somos así, no podemos responder de la misma manera». Ahora tiene que entrar al consultorio y suspira un último deseo. «Volver a sentirme bien y retomar la tranquilidad de mi vida. ¿Pinamar? No volveré hasta que me recupere de salud y de ánimo, pero regresaré».
Imputaron a la pareja de golfistas golpeadores
El fiscal general de Dolores, Diego Escoda, le confirmó a Clarín que Girini y López fueron imputados y si bien por el momento no declararon, se los llamará a indagatoria.
Hasta ahora la calificación es «lesiones leves» y, como medida cautelar, la prohibición de acercarse a la víctima, otorgada por el fiscal Calderón, que recibió la denuncia por parte de Lo’Presti, y se encuentra avanzando en la causa.
Este martes Escoda señaló a este diario que «se está esperando por informes y resultados médicos», que la víctima se está haciendo, «para mantener o cambiar la carátula y llamar a declarar a López y Girini».
MG