El actor Michael Madsen, conocido por sus roles en las películas Perros de la calle y Kill Bill, murió este jueves a los 67 años. Según confirmó su representante a medios estadounidenses, el intérprete falleció a causa de un paro cardíaco en su casa de Malibú.
Agentes policiales acudieron este jueves por la mañana hasta la residencia del actor, tras recibir un llamado del 911, y lo hallaron inconsciente, dijo un portavoz del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles a The Hollywood Reporter.
En 2022, el actor había sufrido la trágica muerte de su hijo Hudson, de 26 años. El joven fue encontrado sin vida debido a una herida de bala en su casa de Hawai. Hudson era el ahijado de Quentin Tarantino, fue parte del ejército de los Estados Unidos y pasó un tiempo en Afganistán; el joven estaba casado y vivía con su mujer en la isla.
“Estoy en estado de shock, ya que mi hijo, con el que hablé hace unos días, me dijo que era feliz; mi último mensaje de texto fue ‘Te quiero papá’”, le contaba Madsen al diario Los Angeles Times luego de la trágica noticia. “No vi ningún signo de depresión. Es tan trágico y triste. Solo estoy tratando de darle sentido a todo y entender lo que pasó. Tenía los típicos problemas de la vida que tiene la gente con la economía, pero quería una familia. Miraba hacia su futuro, así que es increíble lo que sucedió. No puedo entender lo que pasó”, decía el actor por entonces.
En septiembre, Madsen había solicitado el divorcio de DeAnna Madsen, citando “diferencias irreconciliables” como motivo de su separación en los documentos judiciales presentados ante los tribunales de Los Ángeles. Esos mismos documentos indicaban que la separación se produjo poco después del suicidio de su hijo Hudson, hecho por el que el intérprete culpaba a su exesposa.
En la presentación, a la que tuvo acceso Page Six y fue luego replicada por varios medios estadounidenses, el actor de Donnie Brasco aseguraba estar convencido de que DeAnna “condujo” a su hijo de 26 años a suicidarse “por su negligencia y su alcoholismo”. Por eso, insistió en que los problemas de pareja iban mucho más allá de las clásicas “diferencias irreconciliables”, alegando que su esposa también “contribuyó significativamente” a incrementar sus “problemas personales”.
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