Artículo extraído del sitio web de la Liga Internacional Socialista
Para que haya paz y justicia en Medio Oriente, el sionismo y el imperialismo estadounidense deben ser derrotados.
Después de varias declaraciones contradictorias, la administración Trump se sumó al ataque de Israel contra Irán, bombardeando al menos tres lugares distintos en el país el 22 de junio. Trump justificó los ataques como «necesarios para detener el desarrollo del programa nuclear de Irán«, las mismas razones que dio Israel para su ataque.
Estas mentiras, que hacen recordar las afirmaciones de Bush en 2003 sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Irak, apenas ocultan los verdaderos objetivos imperialistas y coloniales de Trump y Netanyahu. Estados Unidos no puede tolerar que ningún país se desarrolle independientemente de su poder y sea rival de sus intereses, como lo ha hecho Irán en el Medio Oriente en las últimas décadas.
Israel, además de ser un enclave imperialista de esos intereses, también es motivada por el impulso a expandir permanentemente su proyecto colonial y el objetivo inmediato de Netanyahu de intensificar su ofensiva genocida. El ataque a Irán es parte del proyecto estadounidense-israelí para reforzar su control y dominio sobre la región debilitando y derrocando a sus oponentes. Estas guerras de agresión y el genocidio en curso en Gaza continuarán sin cesar a menos que el sionismo y el imperialismo estadounidense sean derrotados y expulsados de Medio Oriente.
Objetivos imperialistas estadounidenses en la región
Estados Unidos ha obstaculizado, dañado y atacado a Irán de todas las formas posibles desde que la monarquía Pahlavi que patrocinaba fue derrocada por una revolución en 1979, incluso después de que ese proceso fuera secuestrado por las fuerzas teocráticas conservadoras que han gobernado el país desde entonces.
El declive de la hegemonía global estadounidense desde la crisis capitalista de 2008 y la retirada de la mayoría de las fuerzas estadounidenses de la región le permitieron a Irán aumentar su influencia en Medio Oriente. Desde entonces, Estados Unidos viene intentando revertir esta situación alternando sanciones y negociaciones, mientras construye bases militares y aumenta su capacidad de guerra en toda la región para imponer sus objetivos imperialistas.
Trump comenzó su segundo mandato impulsando un cambio audaz en la política exterior del país, efectivamente desarticulando la configuración imperialista global existente, en un intento de construir un nuevo orden. Intentó demostrar la preponderancia de Estados Unidos poniendo fin a la guerra en Ucrania e imponiendo un alto el fuego en Gaza, hasta ahora sin éxito.
Si bien Trump apoya plenamente el genocidio israelí, incluso proponiendo una limpieza étnica más rápida de toda la población de Gaza, los conflictos que genera son problemáticos para sus planes en la región. Necesita cierto nivel de estabilidad para reanudar la «normalización» de las relaciones entre Israel y muchos países árabes, los llamados Acuerdos de Abraham. Después de la caída del régimen sirio, parecía que Trump buscaba evitar que el conflicto se extendiera a Irán reabriendo las negociaciones.
Pero la necesidad de Israel de intensificar su ofensiva resultó más fuerte. El precario control del corrupto y criminal Netanyahu en el poder solo puede prolongarse expandiendo aún más la guerra contra los «enemigos» de Israel que se atreven a resistir sus designios. Un enemigo común mantiene bajo control al movimiento anti-Netanyahu en Israel, ya que expandir y afirmar el poder y el control sionistas en la región es mucho más importante que la ética política o la cuestión del genocidio palestino. Los ataques de Israel el 13 de junio obligaron a Estados Unidos a poner fin a las negociaciones y atacar a Irán. Especialmente desde que quedó claro que los ataques del régimen sionista contra las instalaciones nucleares de Irán no solo fracasaron, sino que se les volvieron en contra.
El Estado iraní respondió justamente a los ataques y ha respondido con eficacia, incluso habiendo trabajado para evitar la guerra y entablar negociaciones con los EE.UU. sobre su programa nuclear. Sin embargo, Israel no quiere la paz, quiere la guerra. En su ataque no provocado contra Irán, obtuvo más de lo que esperaba, lo que llevó a Trump a entrar en la refriega y atacar a Irán. Al hacerlo, Israel expuso sus vulnerabilidades y su dependencia subyacente del imperio estadounidense.
Trump ataca para defender a su enclave debilitado
Estados Unidos también intervino en los contraataques de Irán contra Israel con una serie de misiles balísticos que infligieron una destrucción sin precedentes en la colonia de asentamiento, revelando una debilidad y vulnerabilidad de sus defensas, especialmente de su tan promocionado sistema de defensa antimisiles «Domo de Hierro». Dado que los objetivos imperialistas estadounidenses en la región dependen de armar y proyectar el poder y la invencibilidad de Israel, el espectáculo de que Israel fuera bombardeada asestó un golpe importante.
Personas de toda la región y del mundo vieron escenas de misiles iraníes infligiendo devastación en Tel Aviv y otras ciudades importantes y objetivos militares estratégicos, lo que llevó al Estado sionista a declarar un apagón de prensa. Los colonos israelíes experimentaron una pequeña muestra de la violencia y destrucción que infligen incesantemente a la gente en toda la región. La imagen y el impacto de la respuesta iraní mostraron que Israel no es invencible. También reveló que el Estado militarizado israelí depende de hecho de Estados Unidos para garantizar su papel como potencia regional, y para su supervivencia misma como entidad genocida y de ocupación colonial.
Después de ver a Israel atacar a Irán y luego ser golpeado, Trump se vio obligado a sumarse al ataque, desplegando bombarderos B-2 para lanzar bombas «destructoras de búnkeres» en los supuestos sitios nucleares, incluso cuando miembros de su propia administración admitieron que Irán no tenía armas nucleares ni cualquier intención de desarrollarlas. Más allá de cualquier desacuerdo táctico sobre cómo «tratar con Irán» de la manera más efectiva acorde a los designios imperiales de Trump, Israel y Estados Unidos han abierto otra guerra de agresión debe ser enfrentada, y ellos deben ser derrotados.
La principal amenaza en Oriente Medio
Después de que Israel comenzara su campaña de bombardeos, Trump calificó a Irán como el «bully de Oriente Medio». La hipocresía es indignante en muchos niveles. En primer lugar, porque una potencia imperialista mundial con un arsenal nuclear de más de 5000 ojivas y el único país que las ha utilizado para matar a cientos de miles, no tiene derecho a determinar la política nuclear de ningún otro país.
Además, el imperialismo estadounidense tiene el peor historial de «bully» en la historia desde el Imperio Británico, sometiendo a naciones más débiles en todo el mundo. En Oriente Medio en particular, sus invasiones, ocupaciones y attaques han matado a millones solo en las últimas dos décadas.
Mientras Irán no tiene armas nucleares, Israel tiene un arsenal de entre 80 y 200 ojivas. Irán ha permitido que la ONU inspeccione sus instalaciones nucleares, algo a lo que Israel siempre se ha negado. Irán no está invadiendo ni ocupando ningún país vecino, mientras que Israel mantiene su ocupación de Palestina hace décadas y ha colonizado partes de Egipto, Líbano y Siria. Defiende abiertamente sus políticas expansionistas de colonización, ha atacado, bombardeado e invadido repetidamente a sus países vecinos y actualmente está perpetrando genocidio, limpieza étnica y cometiendo innumerables crímenes de guerra.
El verdadero «bully» de Oriente Medio es el régimen colonial israelí implantado artificialmente respaldado por el imperio más mortífero de la historia: Estados Unidos. Ninguna paz duradera será posible en la región sin el desmantelamiento de todo el proyecto sionista y la derrota y expulsión del imperialismo estadounidense.
Con el pueblo, no con el régimen
Apoyamos el derecho de Irán a resistir los ataques de Estados Unidos e Israel. Esto no significa que apoyemos el régimen estatal gobernante, ni sus políticas dentro de Irán y en la región. Como marxistas antiimperialistas e internacionalistas, es necesario e importante discernir entre apoyar el derecho de Irán a resistir la principal amenaza para el pueblo iraní, la agresión imperialista, y no apoyar un régimen reaccionario, teocrático y capitalista que reprime a la clase trabajadora iraní y grupos étnicos nacionales oprimidos dentro de sus fronteras. También es importante reconocer que, si bien Irán está justificado en sus acciones militares contra sus agresores, eso no lo convierte en una fuerza «antiimperialista».
El genocidio israelí en curso en Palestina y los ataques israelíes en toda la región han expuesto la retórica antiimperialista de Irán como vacía e interesada. Su «Eje de Resistencia» no es un movimiento de liberación del pueblo palestino ni de otros pueblos oprimidos, sino más bien una herramienta para proyectar y defender sus propios intereses e influencia capitalistas regionales.
El capitalismo iraní explota a su propia clase trabajadora como en cualquier otro lugar, y su régimen gobernante es extremadamente reaccionario y violentamente represivo en su respuesta a las luchas de clases y los movimientos sociales dentro de Irán.
Pero ninguna liberación o libertad ha venido jamás de las bombas imperialistas, especialmente de las bombas estadounidenses, ni siquiera es posible. Así como las sanciones impuestas a Irán perjudican a su pueblo mucho más que a sus gobernantes, y los ataques aéreos matan a cientos, si no miles, de iraníes inocentes, cualquier cambio político impuesto por el imperialismo solo servirá a los intereses imperialistas, y no a los del pueblo de Irán. Solo el pueblo de Irán puede deshacerse de sus opresores y reemplazarlos con algo mejor.
Los «cese al fuego» imperialistas son una mentira
Si bien Trump declaró un «cese al fuego», esto no debe tomarse en serio. Después de todo, los «cese al fuego» israelíes, como los declarados previamente en Gaza y Líbano, ya han demostrado ser maniobras engañosas para permitir que las fuerzas israelíes se reagrupen y reinicien sus ataques. Es muy probable que la guerra de Estados Unidos e Israel contra Irán persista, al igual que el genocidio en Gaza y el bombardeo de Siria, Líbano y Yemen. ¡Por eso debemos organizar un movimiento antiimperialista contra la guerra ahora! Necesitamos un movimiento militante de protesta contra la guerra que exija el fin de toda agresión estadounidense-israelí en todo Medio Oriente. Al mismo tiempo, necesitamos construir un movimiento antiimperialista que reconozca que solo puede haber paz y justicia en la región si el régimen sionista y el imperialismo estadounidense son derrotados y desmantelados.
Por Colectivo Editorial Puntorojo