El riesgo país de la Argentina elaborado por el JP Morgan se ubica en 720 puntos. Y distintas agencias calificadoras analizan mejorar la nota del país en materia de deuda soberana. Además, el banco de inversión Morgan Stanley podría incluir nuevamente al país en su índice de mercados emergentes, lo cual permitiría que los fondos de inversión canalicen una buena cantidad de dólares al mercado argentino.
Estas buenas noticias en materia financiera son producto del fuerte apoyo que el Fondo Monetario Internacional acaba de brindarle al Gobierno argentino, al aprobar un paquete de u$s20.000 millones, de los cuales le adelantó ya el 60%, un total de u$s12.000 millones, lo que constituye un récord.
El Gobierno, optimista tras respaldo de Estados Unidos y el FMI
A esto se suma que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que Estados Unidos está dispuesto a apoyar financieramente a la Argentina en caso de que el escenario internacional termine complicando el plan económico.
El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, vienen analizando en detalle la evolución de este panorama favorable para el país.
Caputo se reunirá este miércoles en Washington con la jefa del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, a quien le agradecerá personalmente el respaldo para la Argentina. Paralelamente, hablará ante financistas globales para tratar de explicarles hacia dónde va ahora el programa económico, su fase 3, luego de que se levantara el cepo cambiario para los individuos, y se mejoraran las condiciones para que las empresas pueda volver a girar dividendos al exterior desde el año próximo.
Este último punto fue muy destacado por una de las principales referentes del mundo financiero mundial, la titular del Banco Santander, Ana Botín.
Luis Caputo ya sabe cuándo Argentina podrá volver al mercado internacional
Caputo está mirando especialmente los pasos que podría dar Morgan Stanley con su ponderador de fondos MSCI, que se compone de decenas de grandes y medianas compañías de 24 países emergentes para que distintos gestores de inversión e inversores institucionales puedan volcar su dinero y el de sus clientes en busca de mayores rendimientos y diversificación.
Si la Argentina logra regresar a ese índice, casi automáticamente se dispararían capitales hacia activos locales.
El Gobierno incluso tiene una previsión: cree que de acá a fin de año podría llegar unos u$s6.000 millones por esos fondos.
En el índice de Morgan Stanley están países como Brasil, Chile, China, Colombia, República Checa, Egipto, Grecia, Hungría, India, Indonesia, Corea del Sur, Kuwait, Malasia, México, Perú, Filipinas, Polonia, Qatar, Arabia Saudita, Sudáfrica, Taiwán, Tailandia, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. Podría sumarse pronto la Argentina.
Hasta el 2021, Argentina formaba parte de esta categoría, pero fue degradada a «país independiente» (standalone market) para ubicarse junto a sitios como Bosnia, Bulgaria, Malta, Ucrania, Botsuana, Zimbabue, Líbano, Palestina, Jamaica y Panamá por los múltiples problemas regulatorios, económicos y políticos que se comenzaron a sufrir desde 2019. Algunos de estos destinos están en guerra.
Uno de requisitos para que volver al índice de Morgan Stanley es poder mover capitales de forma libre, lo que parece ir camino de implementarse tras la confirmación de fondos provenientes de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Es que si bien la Argentina no finalizó con la eliminación del cepo, se dieron pasos sumamente importantes en esta dirección, lo que podría ser disparador del inicio del período de consulta.
¿Se viene un repunte de acciones de empresas argentinas?
Cerca de Caputo destacan un dato clave: los índices de acciones de países reclasificados a emergentes suelen tener una performance superior a la de sus pares, tanto durante el período de consulta como durante el proceso de implementación.
Esto beneficiaría a las principales compañías del país, como YPF, Grupo Financiero Galicia, Banco Macro, Vista Energy, Pampa Energía, BBVA Argentina, Central Puerto, Telecom Argentina, Loma Negra, IRSA y muchas otras.
Quienes toman estas decisiones en Morgan Stanley se reunirá en junio próximo. No se espera allí una definición, pero sí que la Argentina logra un status de ‘under revision’, lo que preanunciaría un cambio para los próximos meses.
La baja que está teniendo el riesgo país también beneficaría a empresas y ahorristas en el mediano plazo, al mejorar la condiciones para el acceso al financiamiento.
La recategorización de la Argentina como mercado emergente podría imprimir también una nueva dinámica de flujos.
Si bien aún restan ajustar algunas medidas cambiarias que permitan tal movimiento por parte de MSCI, el Gobierno marcó el rumbo y probablemente avance con dichas modificaciones en los próximos meses.
Riesgo pais: el Gobierno prevé que disminuya paulatinamente
El ministro de Economía de Milei cree que la Argentina estará en condiciones de regresar a los mercados internacionales de crédito tras las elecciones legislativas de octubre próximo, y calcula que el riesgo país podría descender a la zona de los 400 puntos.
Entre los bonos soberanos en dólares, los títulos más favorecidos serían los más largos de la curva de vencimiento (2035, 2038 y 2041). Esto se debe a que, por sus cotizaciones actuales, tienen mayor rango para subir en escenarios de mayor optimismo en el mercado financiero.
Hay coincidencia en el mercado financiero en que la Argentina ya ha realizado gran parte de los deberes y la eliminación del cepo cambiario (aunque aún no es total, porque queda por definir el giro al exterior del stock de utilidades, que se estima en unos u$s7.000 millones). Esta era la última condición para poder regresar a la categoría de mercado emergente.
Analistas financieros proyectan ya que en 2026 la Argentina colocaría deuda por u$s4.000 millones en los mercados internacionales, con un riesgo país de 500 puntos. Y en 2027 y 2028 se tomarían u$s5.000 millones por año, con el riesgo país en la zona de las 450 unidades.
Hacia 2029 y 2030, el FMI prevé que la Argentina emita bonos por u$s6.000 millones anuales con el riesgo país estable en 450 puntos.
Con las tasas internacionales actuales, el costo final de endeudarse a esos niveles de riesgo país estaría entre 8% y 9%.
En cambio, para tomar fondos a la tasa que se conseguía durante el gobierno de Mauricio Macri -la última vez que la Argentina estuvo presente en los mercados internacionales- el indicador que elabora JP Morgan tendría que bajar todavía más, a la zona de los 300 puntos.
Este año, la falta de acceso al mercado de deuda internacional será compensada con desembolsos de organismos multilaterales por u$s6.700 millones en 2025 (sin contar los u$s20.000 millones del FMI).
Por ahora, la evaluación que hacen en la Casa Rosada es muy positiva: destacan que el Gobierno recuperó el centro del ring del debate económico y consideran que la baja del dólar fue un golpe muy duro en la consideración de la gente para el kirchnerismo, que vaticinó una fuerte suba de la divisa y una devaluación del 30%.
Hacia adelante hay dos objetivos fundamentales: conseguir antes de fin de año acceso a los mercados para refinanciar los vencimientos de deuda a partir de 2026 y que comience a llegar Inversión Extranjera Directa (IED), en medio de una salida récord de multinacionales.
Reservas y vencimientos de deuda, entre las claves
La vuelta a los mercados voluntarios de crédito antes del 2026, después de ocho años fuera de los mismos, es clave para dar una señal de que no habrá pérdidas de reservas en el Banco Central, que se encaminan a los u$s39.000 millones.
Los vencimientos de capital e intereses en moneda extranjera del Tesoro son de u$s8.680 millones hasta octubre y u$s10.300 millones hasta diciembre. En 2026 suman u$s 17.600 millones.
Además, el BCRA además deberá pagar u$s2.500 millones de Bopreal este año y u$s2.000 millones en 2026.
La flexibilización de los controles de capital, con el stock de deuda comercial y dividendos previos a 2025 aún atrapados es otro atractivo oficial para conseguir inversión extranjera. Se suman a los beneficios fiscales y cambiarios del Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI). Los proyectos que solicitaron la adhesión al RIGI suman más de u$s12.000 millones.
Caputo expondrá en Washington en un encuentro privado con inversores internacionales organizado por JPMorgan.
Allí destacará las bondades del ajuste argentino, su sostenibilidad y los efectos que podría tener sobre la economía local la actual guerra arancelaria entre Estados Unidos, China y la Unión Europea.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, dijo en la Asamblea del FMI y el Banco Mundial en Washington que la Argentina «puso la casa en orden» y ahora «intenta recuperar la credibilidad» para volver a los mercados internacionales.
En un panel del G-24 en el marco de la Asamblea, el funcionario se presentó junto con otros invitados para conversar sobre los desafíos económicos globales, sobre todo el impacto en los países de ese grupo, que reúne a países en desarrollo.
«A nivel general, mundial, nos enfrentamos a un período de volatilidad e incertidumbre», señaló.
«Lo que estamos tratando de hacer en la Argentina, en los últimos 15 meses, es recuperar nuestra credibilidad. Elegimos seguir un sendero bastante conservador. Hicimos una tremenda consolidación fiscal y pusimos en orden la casa en términos monetarios y eso nos permitirá entrar en la senda para volver a acceder a los mercados», explicó.
Ante la ansiedad de los inversores, Quirno evitó dar detalles sobre cuándo la Argentina podrá recuperar el acceso a los mercados internacionales. Pero ratificó la firme decisión del gobierno de Javier Milei de cumplir todas sus promesas.
El FMI fijó metas trimestrales de reservas netas para 2025: u$s2.387 millones al 31 de marzo, u$s3.061 millones al 30 de junio, u$s4.726 millones al 30 de septiembre y u$s5.173 millones al 31 de diciembre, con un objetivo anual ajustado de u$s4.000 millones.
El organismo proyecta reservas brutas de u$s47.700 millones a fin de 2025, frente a u$s22.603 millones en 2024.
Y el FMI impone condiciones estrictas para respaldar esta estrategia.
Entre otras, el BCRA no puede financiar al Tesoro, limitando su rol en el mercado cambiario a la acumulación de reservas, lo que implica un marco monetario basado en el control de agregados monetarios y tasas de interés reales positivas.
El acuerdo obliga además a recomprar Letras Intransferibles del Tesoro en poder del BCRA, valuadas en u$s23.561 millones (valor nominal de u$s69.363 millones), convirtiendo deuda interna en externa y agravando la carga financiera sin reducir significativamente el endeudamiento.
La disciplina fiscal, con un superávit primario obligatorio de 1,3% del PBI en 2025 ($10,52 billones a fin de año) -que Milei pretende elevar el 1,6%-, busca reducir la presión sobre el mercado cambiario.
Milei subió la apuesta y promete ahorrar más de lo previstos, en el marco de la oleada de señales que le manda al establishment financiero.