El gobierno ahora analiza votar a Lijo en extraordinarias y meter a García Mansilla por decreto

Javier Milei decidió abortar la semana pasada la idea de designar por decreto a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en la Corte Suprema de Justicia y habilitó a los funcionarios de Casa Rosada para que negocien con los senadores opositores y aliados el último intento para conseguir los dos tercios de los votos en la Cámara Alta.

Fuentes del Poder Ejecutivo reconocieron ante LPO que intentan aprobar los pliegos de ambos candidatos en sesiones extraordinarias, pese al rechazo declarado del interbloque peronista liderado por José Mayans y Juliana di Tullio. «Nosotros siempre tratamos de sacarlos por el Senado pero, si no pasan o alguno queda en el camino, analizaremos el decreto», explicaron.

La aclaración obedece a que en los pasillos del Congreso se estima que Lijo, cuyo pliego habría cosechado las 9 firmas necesarias en la Comisión de Acuerdos pero aun no fue exhibido públicamente, obtendría a priori 8 votos de UP sobre los 33 que maneja Mayans. Los 25 restantes son suficientes para bloquear la llegada del juez federal al cuarto piso de Tribunales, un volumen que revela la impericia libertaria de lanzar el operativo para tratar el tema en extraordinarias sin haber sondeado los apoyos en la oposición.

El caso de García Mansilla es más traumático para el oficialismo. Aunque fue presentado a Santiago Caputo por la secretaria de Planeamiento, María Ibarzábal Murphy, quien conocía al catedrático de los tiempos que asesoraba a un buffet de abogados de importantes empresas, el profesor de la Universidad Austral ni siquiera obtuvo los apoyos necesarios para que su pliego llegue a recinto y es apuntado como un representante de las petroleras en el mundo del Derecho.

Lijo ya tiene dictamen, pero el peronismo ahora exige una negociación por una mujer

En despachos judiciales comentaron a LPO que la posibilidad de que se vote a Lijo en el Senado y se nombre a García Mansilla en comisión se sustenta en la voluntad del gobierno por sostener «a los dos o ninguno». «No quiere canjear a García Mansilla ni ampliar» la Corte Suprema, dijeron.

La suerte de Lijo empezó a cambiar cuando Cristina Kirchner ordenó a su tropa parlamentaria que congelara su pliego en el Senado, en medio de rumores y tensiones internas sobre negociaciones entre la Casa Rosada y senadores peronistas. Ese movimiento de la ex Presidenta hizo naufragar la estrategia de Caputo y trabó el avance de los dos postulantes, jugada que derivó en la agudización del enfrentamiento entre Ricardo Lorenzetti, impulsor original de Lijo, y el presidente del máximo tribunal, Horacio Rosatti.

Nosotros siempre tratamos de sacarlos por el Senado pero, si no pasan o alguno queda en el camino, analizaremos el decreto.

En ese contexto, Rosatti cerró filas con Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, agraviado por el gobierno después que lo enteraran de su jubilación de prepo con la postulación de García Mansilla. Ese trío se preparó para resistir eventuales embestidas del gobierno con dos acordadas: la que fijó que Rosatti y Rosenkrantz custodiarían la feria, obturando la chance de que el rafaelino pudiera tomarle juramento a Lijo si lo designaba Milei en comisión, y la que estableció un mecanismo que agiliza la intervención de conjueces para fallos en los que no se arribe a una mayoría de tres votos.

Un diputado libertario, por su parte, recordó que el asesor estrella de Milei había dejado trascender que designarían a ambos postulantes por decreto, luego de que fracasara la estrategia de Balcarce 50 para garantizar los respaldos en el Congreso. Incluso, indicó que el decreto «ya estaba redactado» pero que «Santiago no se animó o Milei no lo dejó».

Su interpretación pone en el centro de la escena la tensión entre el Presidente y Mauricio Macri por la asimilación del PRO que pretenden desde La Libertad Avanza. «Todos repiten que entre LLA y PRO está todo roto pero nadie escucha a Milei, que quiere un acuerdo», argumentó, y agregó: «Milei no tiene problema con la Corte pero tampoco se puede dejar correr».

Como sea, los emisarios presidenciales para negociar con el peronismo admitieron ante LPO que no avanzaron las negociaciones en los últimos días pero porfían con la firmeza de sus candidatos a la Corte. «Ellos pueden pretender lo que quieran. Nosotros no vamos a bajar a ninguno», aseguran en referencia a las exigencias del kirchnerismo para que se reemplace a García Mansilla por una mujer.

Por eso, en la Cámara Alta conceden que «los problemas no son con Lijo». «Lijo es de todos pero García Mansilla no», distinguen.

Ese consenso alrededor de Lijo explica los movimientos de los gobernadores para que sus legisladores aprueben su pliego. «La mayoría de los radicales están para votarlo», precisaron desde la UCR, al tiempo que desde el entorno de un mandatario provincial del PJ también asumen que trabajan para que el juez se convierta en ministro de la Corte.

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