Yanina Latorre, conocida figura televisiva y panelista del programa LAM, se encuentra en un momento pleno de su vida familiar. Con una mezcla de humor y sinceridad, Yanina continúa sorprendiendo a la audiencia con sus anécdotas personales, que desnudan aspectos poco conocidos de su vida privada.
Mientras toma las riendas de LAM, sustituyendo a Ángel de Brito, Yanina se muestra relajada y de buen humor. Durante una charla en el programa sobre las celebraciones de fin de año, decidió compartir una de sus estrategias para mantener viva la chispa en su relación con su esposo, el exfutbolista Diego Latorre.
Históricamente, la relación entre Yanina y Diego no ha estado exenta de obstáculos. La pareja ha enfrentado momentos turbulentos, incluyendo una crisis pública que derivó de una infidelidad por parte de Diego. No obstante, ambos han activamente trabajado para superar estas pruebas, logrando una renovación de su compromiso mutuo y dejando estos episodios en el pasado.
En un reciente episodio del programa, la conversación entre las panelistas giraba en torno a las tradiciones navideñas. A partir de un comentario de Fernanda Iglesias sobre su falta de participación en las preparaciones navideñas, Yanina intervino para resaltar su propio entusiasmo por la decoración de las fiestas de fin de año.
“Amo la Navidad. A mí me gusta la Navidad y los espectáculos quedan sobre la Navidad. Te decoro toda la casa. En este momento tengo los repasadores de Papá Noel, la toalla de Papá Noel”, contó.
“Bombacha de Papá Noel”, dijo entre risas y ante la mirada de sorpresa de sus colegas. “Mi vida ahora es Papá Noel. También me encanta el pijama navideño. Me he llegado a comprar ropa interior de Victoria Secret sexy, tenía unos pompones de Navidad. Era para seducir a Diego en forma navideña. Te juro”, contó.
Además, Yanina también compartió un viaje nostálgico a su pasado como botinera, reconociendo que solía organizar sesiones fotográficas familiares con un mismo vestuario, todo en armonía con la época navideña, algo que sus compañeras en el estudio no pudieron resistirse a calificar de intenso pero de verdad auténtico.
La confesión de Yanina no solo provocó risas contagiosas en el estudio, sino que ofreció al público una pequeña ventana hacia la intimidad de su matrimonio. Alejada de críticas o condenas, Latorre logró convertir lo que podría haber sido una conversación trivial sobre las festividades en una celebración de su carácter exhuberante, ingeniosa y vivaz forma de mantener avivado el fuego del romance en su hogar.