Dos días después de anunciarlo formalmente, el Gobierno está dudando de insistir con la candidatura de Alejandro Eugenio Alonso Saiz como embajador ante el Reino de España. Así lo pudo saber Clarín de altas fuentes, inclusive entre empresarios y madrileños.
Se desconocen las razones. Su pedido de plácet aún no había salido. Alonso tiene un sumario por supuestos maltratos cuando era cónsul en Barcelona, pero hay quienes afirman que los causales de esas denuncias fueron políticas. La hicieron militantes de La Cámpora en dicha sede durante un reclamo a Buenos Aires por aumentos de sueldo.
«La Cancillería Argentina informa que el nuevo Embajador argentino ante el Reino de España será el diplomático de carrera Alejandro Eugenio Alonso Sainz, quien asumirá su cargo de dicha representación diplomática en las próximas semanas», se anunció hace unos días.
Su designación fue no sólo idea de Luis María Kreckler, el nuevo Secretario de Relaciones Económicas Internacionales «temporal», sino que también contaba con aval de empresarios consultados. Clarín no pudo contrastar esta información con el canciller Gerardo Werthein.
Alonso Sainz, embajador de carrera, iba a ser destinado en reemplazo del también diplomático de carrera Roberto Bosch. Mientras se resuelve el cambio, la embajada quedará ahora en manos del segundo en cargo de la sede, el ministro Pablo Virasoro. Entre tanto, sigue con fuerte poder el representante comercial en Madrid, Alejandro Nimo, cercano al presidente Milei y enfrentado con Bosch.
La Cancillería se encuentra en proceso de cambios profundos desde el desplazamiento de Diana Mondino. En la cúpula, junto a Werthein sólo ha quedado el vicecanciller Eduardo Bustamante, ex cónsul en Montevideo y y vice de Mondino por unas pocas semanas.
Werthein igualmente aplacó las tensiones de la Casa Rosada y los enojos del presidente Javier Milei con los diplomáticos, a los que considera una «casta».
El canciller también logró superar el malestar del presidente con su equipo diplomático por el voto en favor del fin del embargo a Cuba, y encabeza un giro importante en determinadas votaciones o posiciones que implican aceptar algunos términos de la llamada Agenda 2030, a la que se opone el Presidente.
Werthein también está intentando que se cubran jefaturas de embajadas como la de Madrid.
Con respecto a España, Milei recibió el lunes al nuevo embajador enviado por Pedro Sanchez a Buenos Aires, el diplomático Joaquín María de Arístegui, en lo que representa el enfriamiento de la crisis diplomática bilateral desatada en mayo, cuando en una visita del presidente a Madrid por invitación del partido Vox, Milei insultó a Sánchez y llamó «corrupta» a su esposa, Begoña Gómez.
El embajador Alonso, a quien Clarín llamó reiteradamente para este artículo pero no respondió, es considerado «un profesional». Su designación entró en zona de turbulencias pero no está caída, hay quienes pugnan para que no lo bajen. Kreckler, que está a cargo de diseñar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que desea Milei es el primero. Este diario también lo llamó reiteradamente.
Alonso fue dos veces cónsul en Barcelona. Al regresar en 2008 a Buenos Aires, Kreckler lo nombró director de Promoción de Exportaciones y ascendió a ministro de segunda y luego de primera. Cayó en desgracia durante la hegemonía de La Cámpora en el Ministerio y fue enviado a Asuntos Consulares pese a su fuerte experiencia en temas comerciales.
Al asumir el gobierno de Cambiemos, su amiga de facultad, Gabriela Michetti, la ex vicepresidenta, lo ayudó a que fuera ascendido a embajador, y ya era por segunda vez cónsul en Barcelona. Además de ser amigo de Kreckler, su pareja es hermana de la novia De Francisco Tropepi, mano derecha del canciller Werthein y nombrado embajador argentino en la ONU.