Nadine Sierra, la soprano de raíces latinas, marcó un nuevo hito en su carrera al ser elegida para cantar el himno de Francia durante la histórica reapertura de la Catedral de Notre Dame en París el pasado sábado. Su interpretación de “La Marsellesa” no solo conmovió a los presentes, también deslumbró al público que siguió la transmisión del evento y que la consolidó como una de las voces más destacadas del panorama lírico mundial.
Sierra nació en Fort Lauderdale, Florida, en el seno de una familia de inmigrantes. Hija de una madre portuguesa y de un padre ítalo-portorriqueño, desde pequeña fue educada en valores como la aceptación y la diversidad cultural. “Por mis venas corren gotas de sangre de todas partes del planeta”, afirmó en una entrevista con LA NACION hace unos años.
Comenzó a estudiar música a los seis años y poco tiempo después supo que quería dedicarse a cantar ópera. Su talento, poco común para una niña tan pequeña, fue acompañado y apoyado por sus padres. “Nunca me hicieron sentir como un prodigio, sino como una niña que empezaba a estudiar a una edad muy temprana”, recordó.
En este sentido, Sierra destacó que tanto sus maestros como su familia le brindaron las herramientas para desarrollar su voz y también la ayudaron a mantenerse humilde y “con los pies en la tierra” cuando el reconocimiento y el éxito comenzaron a golpear a su puerta y ganó importantes competencias, como las audiciones del Metropolitan Opera y el premio de la Fundación Marilyn Horne, entre otras.
Nadine, de 36 años, tiene su residencia oficial en la Gran Manzana. Sin embargo, reconoce que esa radicación es casi anecdótica. Por su carrera, lleva una vida prácticamente nómade y los escenarios internacionales más prestigiosos se convirtieron en su hogar.
“Viajo sola desde hace muchos años y si bien puede resultar curioso, donde me siento más en casa es adentro de un teatro. Ese es mi mundo y mi lugar donde quiera que vaya. Los teatros se han convertido en mi hogar desde que soy una niña. Son el sitio donde me siento segura”, destacó la soprano que encabeza las marquesinas de teatros de todo el planeta.
El sábado 7 de diciembre, Sierra tuvo el honor de participar en la reinauguración de la Catedral de Notre Dame de París, que llevaba cinco años cerrada tras un devastador incendio. La soprano tuvo un rol destacado en el evento que contó con invitados como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump; la actual primera dama, Jill Biden; el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski; así como el príncipe William de Inglaterra y el príncipe Alberto de Mónaco, entre otros mandatarios y figuras internacionales.
Nadine fue la encargada de interpretar el himno de Francia, “La Marsellesa”. En una entrevista con Univision, contó que fue invitada a participar del evento por el presidente Emmanuel Macron. “Definitivamente, me siento honrada”, comentó.
La artista resaltó también el hecho de que la hayan elegido para interpretar el himno francés, aunque ella fuera estadounidense. “Me hizo sentir que no importaba que fuera norteamericana y el resto del público francés, vivimos en un mundo donde necesitamos pensar en unirnos como planeta, no como naciones separadas”, afirmó.