Entre 40 y 50 cadáveres fueron encontrados en la prisión de Sednaya, al norte de Damasco, durante las primeras operaciones de rescate realizadas después de la toma de la capital siria por los rebeldes del Organismo de Liberación del Levante (HTS). Así lo informó este martes Rami Abderrahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido.
Abderrahman declaró a la agencia EFE que, según sus colaboradores en terreno, “la mayoría de los cuerpos eran de ejecuciones recientes”. Videos y testimonios recabados tras la apertura de la prisión muestran a varios prisioneros con claros signos de tortura y condiciones inhumanas, destacando el uso sistemático de violencia en este centro carcelario, que hasta hace poco estaba bajo el control de la Policía Militar siria.
La liberación de prisioneros tras la caída del régimen de Bashar Al Assad el pasado domingo desató una frenética búsqueda por parte de las familias de los desaparecidos. Multitudes se congregaron en los alrededores de la prisión de Sednaya, conocida por las ejecuciones y torturas que se practicaban allí.
En el exterior, los familiares revisaban documentos descartados y preguntaban a los prisioneros liberados por pistas de sus seres queridos. Mientras tanto, equipos de rescate, incluidos los Cascos Blancos, trabajaban para acceder a áreas subterráneas del complejo, algunas de las cuales permanecían bloqueadas.
La prisión de Sednaya, apodada “el matadero”, simboliza décadas de represión bajo el régimen de Bashar Al Assad. Según Amnistía Internacional, entre 2011 y 2016 fueron ejecutadas hasta 13.000 personas en este centro, y se ha documentado el uso sistemático de tortura, detenciones arbitrarias y condiciones inhumanas, incluida la instalación de crematorios para deshacerse de los cuerpos.
Desde el inicio de la crisis en Siria en 2011, Sednaya se convirtió en el destino final de opositores políticos, manifestantes pacíficos y militares sospechosos de deslealtad al régimen. En 2013, un desertor sirio conocido como “César” sacó del país 53.000 fotografías, documentando torturas y muertes en las prisiones del régimen.
Con la caída de Assad y la apertura de las prisiones en Sednaya, Alepo, Homs y Hama, miles de detenidos han sido liberados en los últimos días, según el OSDH. Sin embargo, esto ha generado caos en el proceso de identificación. Algunos criminales comunes han escapado junto a prisioneros políticos, lo que dificulta el rastreo de desaparecidos, explicó Fadel Abdul Ghany, director de la Red Siria para los Derechos Humanos.
Grupos de derechos humanos han denunciado que el sistema penitenciario sirio fue un pilar de la brutal dictadura de Assad. Amnistía Internacional calcula que la prisión de Sednaya albergó entre 10.000 y 20.000 detenidos, muchos de los cuales fueron sometidos a torturas o ejecutados en secreto.
A medida que los equipos de rescate y familiares continúan explorando las instalaciones, la magnitud de los abusos cometidos en Sednaya y otras prisiones de Siria sigue emergiendo como un oscuro recordatorio del régimen caído.
Créditos: AFP/Abdulaziz Ketaz, AP/Hussein Malla.