BEIRUT.- El primer cese del fuego entre Israel y el grupo terrorista libanés Hezbollah desde los ataques de Hamas del 7 de octubre comenzó durante la noche y parecía mantenerse el miércoles, mientras los residentes en autos cargados de pertenencias regresaban hacia el sur del Líbano a pesar de las advertencias de los militares israelíes y libaneses de que se mantuvieran alejados de ciertas áreas.
Si se mantiene, el alto al fuego pondría fin a casi 14 meses de combates entre Israel y Hezbollah, que se intensificaron a mediados de septiembre en una guerra total y amenazaban con arrastrar a Irán, patrocinador de Hezbollah, e Israel a un enfrentamiento más amplio. También podría dar un respiro a los 1,2 millones de libaneses desplazados por los combates y a los miles de israelíes en la frontera con Líbano que huyeron de sus hogares.
Los términos del acuerdo se realizaron a partir de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mediante la cual Israel y Hezbollah pusieron fin a su guerra en 2006 y que establece que solo el ejército libanés y las fuerzas de paz pueden desplegarse en la frontera sur de Líbano.
El acuerdo, mediado por Estados Unidos y Francia y aprobado por Israel, consiste en una pausa de 60 días en la lucha bélica. Las tropas israelíes deben retirarse a su lado de la frontera, mientras que Hezbollah debe cesar su presencia armada en una franja del sur del Líbano. El trato comenzó a funcionar a partir de la madrugada de la hora local, tal como había adelantado el presidente estadounidense Joe Biden, quien se mostró satisfecho de haber diseñado un “cese permanente de hostilidades”.
“Me complace anunciar que sus gobiernos han aceptado la propuesta de Estados Unidos de poner fin al devastador conflicto entre Israel y Hezbollah”, señaló el mandatario demócrata en un discurso en el que también agradeció al presidente francés, Emmanuel Macron, su “colaboración” para cerrar el acuerdo entre las partes.
En el acuerdo, Estados Unidos cumplirá un rol crucial: será líder del panel internacional que supervisará el cumplimiento de todas las partes. En tanto, miles de efectivos libaneses y cascos azules de la ONU se desplegarán en la región al sur del río Litani.
Netanyahu aceptó un cese al fuego, siempre y cuando el los líderes de Hezbollah no rompan el trato y respeten lo pactado. “Por cada violación [del acuerdo], atacaremos con fuerza”, advirtió el primer ministro el martes por la tarde.
El ministro de Defensa, Israel Katz, advirtió a la enviada especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en representación al Líbano, Janine Hennis- Plasschaert, que es responsabilidad de la entidad impedir el contrabando de armas a Hezbollah desde todas las fronteras y evitar la creación de nuevas infraestructuras terroristas.
Por otro lado, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, tildó al pacto de tregua de “error histórico”. El político de extrema derecho sostuvo en su cuenta de X: “Esto no es un alto el fuego. Es un regreso al concepto de silencio por silencio, y ya hemos visto a dónde conduce esto”.
En esta línea, el ministro de Finanzas, fkrat, declaró que el país debería ocupar la Franja de Gaza y reducir a la mitad su población palestina “fomentando la emigración voluntaria”. “Podemos y debemos conquistarla. No debemos tener miedo de esa palabra”, manifestó y dijo que era posible “crear una situación en la que, dentro de dos años, la población de Gaza se reduzca a la mitad”.
Por su parte, un líder de Hezbollah dijo que el apoyo al trato dependerá de que Israel claramente cese sus ataques. Mahmoud Qamati, vicepresidente del consejo político del grupo, afirmó a la cadena de noticias qatarí Al-Jazeera: “Después de revisar el acuerdo firmado por el gobierno enemigo, veremos si hay una coincidencia entre lo que declaramos y lo que acordaron los funcionarios libaneses”. Además, sumó: “Queremos poner fin a la agresión, por supuesto, pero no a expensas de la soberanía del Estado”.
Una de las principales bajas de Hezbollah desde el comienzo de la guerra fue el abatimiento de Hassan Nasrallah, líder del grupo, quien el 28 de septiembre fue víctima de un ataque. Mediante aviones, Israel derribó algunos edificios residenciales, entre los que se encontraba el terrorista tras la convocatoria a una reunión.
El acuerdo no aborda la guerra en curso en la Franja de Gaza, donde Israel todavía está combatiendo a los terroristas de Hamas en respuesta al ataque transfronterizo del grupo en el sur de Israel en octubre de 2023. Pero Biden dijo el martes que su gobierno haría otro esfuerzo en los próximos días para intentar renovar los esfuerzos por lograr un acuerdo allí.
Por su parte, Israel bombardeó Beirut momentos después de que Biden dijera que Israel y Hezbollah alcanzaran el acuerdo de cese al fuego, y dejaron un saldo de 10 muertos. El ataque generó nuevas órdenes de evacuación para 20 edificios en los suburbios del sur de la capital libanesa. Por otro lado, una andanada de cohetes de Hezbollah activó las sirenas de ataque aéreo en una gran franja del norte de Israel.
El portavoz militar árabe de Israel, Avichay Adraee, advirtió a los libaneses desplazados que no regresaran a sus aldeas en el sur del Líbano. El ejército israelí dijo que las fuerzas abrieron fuego para hacer retroceder a vehículos que entraban en una zona restringida.
El ejército libanés pidió a los desplazados que regresaban al sur del Líbano que evitaran los pueblos y aldeas de primera línea cerca de la frontera donde todavía hay presencia de tropas israelíes hasta que se retiren.
Sin embargo, algunos videos que circulan en las redes sociales mostraban a libaneses desplazados desafiando estos llamados y regresando a aldeas en el sur cerca de la ciudad costera de Tiro. Las tropas israelíes todavía estaban presentes en partes del sur del Líbano después de que Israel lanzó una invasión terrestre en octubre.
En la autopista que une Beirut con el sur del Líbano, miles de personas conducían hacia el sur con sus pertenencias y colchones atados en la parte superior de sus autos. El tráfico estaba congestionado en la entrada norte de la ciudad portuaria de Sidón.
Los residentes regresarán a una vasta destrucción causada por el ejército israelí, cuya campaña arrasó aldeas donde el ejército dijo haber encontrado grandes depósitos de armas e infraestructura que, según dice, estaba destinada a lanzar un ataque al estilo del 7 de octubre en el norte de Israel.
Más de 3760 personas murieron por fuego israelí en Líbano en los últimos 13 meses, muchas de ellas civiles, según funcionarios de salud libaneses.
Estados Unidos, la Unión Europea, Naciones Unidas y el G-7 presionaban desde hacía días para un alto el fuego entre Israel y el grupo terrorista libanés y, finalmente, Netanyahu aceptó el martes y lo informó a su gabinete. “Hemos hecho retroceder a Hezbollah décadas”, afirmó el primer ministro y dejó en claro: “El acuerdo de alto el fuego ahora significa que nos centraremos en la amenaza iraní”.
Hezbollah sale de la guerra golpeado y ensangrentado, con la reputación que construyó al luchar contra Israel hasta llegar a un punto muerto en la guerra de 2006. Sin embargo, sus combatientes aún lograron ofrecer una fuerte resistencia en el terreno, ralentizando el avance de Israel mientras continuaban disparando decenas de cohetes, misiles y drones que atravesaban la frontera cada día.
“Este es un momento de victoria, orgullo y honor para nosotros, la secta chiita, y para todo el Líbano”, dijo Hussein Sweidan, un residente que regresaba a Tiro en el sur del Líbano, quien dijo que veía el alto al fuego como una victoria para Hezbollah.
Se escucharon disparos de celebración esporádicos en una rotonda principal de la ciudad, mientras las personas que regresaban tocaban las bocinas de los autos y los residentes vitoreaban.
En Israel, el ánimo era mucho más contenido, con israelíes desplazados preocupados de que el acuerdo no fuera suficiente para contener a Hezbollah y que no abordara Gaza y los rehenes que aún se encuentran allí.
“Creo que aún no es seguro regresar a nuestros hogares porque Hezbollah todavía está cerca de nosotros”, dijo Eliyahu Maman, un israelí desplazado de la ciudad israelí de Kyriat Shmona, cerca de la frontera con el Líbano y que fue duramente golpeada por los meses de combates.
El enfrentamiento causó más de 70 muertos en Israel, más de la mitad civiles, y docenas de soldados israelíes que luchaban en el sur del Líbano.
Un retorno significativo de los desplazados a sus comunidades, muchas de las cuales han sufrido daños extensos por el fuego de cohetes, podría llevar meses.
Agencias AP y AFP
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